En la clase de Plástica inspirándonos en un personaje de el libro de los seres imaginarios de Borges dibujamos a uno de ellos. Luego en la clase de Practicas del Lenguaje formamos grupos y de cuerdo con cada dibujo creamos una historia donde los personajes de cada uno tenían que formar parte.
Dos Contra Uno
Un día como cualquier otro el caballo de mar (un caballo salvaje pero que habita en el mar con largo cabello negro y escamas) percibió una yegua muerta y como estaba hambriento se dirigió a la costa para comerla. Ya allí, una extraña y gran sombra pasó sobre su cabeza ¿Acaso era un ave?, ¿o una mujer? no, definitivamente esa era la legendaria “Arpía”, una divinidad alada y de larga y suelta cabellera, más veloz que los pájaros y los vientos, tenía alas y garras de halcón pero cuerpo de mujer. Con majestuosos movimientos logró aterrizar justo delante del cadáver y estaba por devorarlo. Lo que el caballo intentó impedir. Una lucha de vida o muerte comenzó. El caballo junto fuerzas y se lanzó contra la Arpía. Gracias a sus reflejos, la Arpía logró levantar vuelo antes que el caballo impactara contra ella y llevarse consigo el cadáver causante del conflicto.
Cuando la Arpía terminó de devorar aquella yegua en el aire, ni dudo atacar al caballo de mar. Este, desesperado, llamó con un gran relincho a su amiga Merliah, la sirena. Ella, al ver lo que pasaba, uso su maravilloso don del canto para atraer a los marineros quienes capturaron a la sirena en vez de a la Arpía. Con sus últimas fuerzas el caballo de mar trato de ayudar a Merliah, y la Arpía lo siguió con sed de sangre, de su sangre. El caballo de mar se lanzo decidido al océano y empezó a galopar hasta llegar al barco pescador.
Los marineros vieron a la Arpía y se preguntaron qué clase de criatura era esa. Asustados por su aspecto, los marineros comenzaron a disparar con todo tipo de armas -¡Rápido! Preparen los cañones.- gritó el capitán. El caballo de mar usó esto como una distracción para liberar a su amiga Merliah, masticando la red en la que se encontraba atrapada, y escapar, aunque la Arpía no tuvo tanta suerte. Mientras la arpía intentaba esquivar los tiros, el caballo y la sirena se lanzaron al mar y en ese momento fue cuando escucharon un fuerte tiro y el grito de la Arpía, había muerto. Asustados, el caballo de mar y la sirena nadaron hasta el fondo del mar.
Luego de unos días, el caballo y la sirena volvieron a buscar el cadáver de la arpía porque se sentían mal por su muerte, sabían que ella no podía controlar su instinto asesino, estaba en su naturaleza. Buscaron y buscaron. El cadáver había desaparecido. ¿Acaso no había muerto?
¡Muy interesante! Me encuentro en tu blog con una versión diferente de la historia que leí en los blogs de Mayra y Valentina. ¿Será esta la versión corregida que tengo que tener en cuenta?
ResponderBorrarAcá los acontecimientos se desarrollan con más orden y claridad y el final abierto deja en suspenso al lector con un buen interrogante.¡Buen trabajo!
9 (nueve)